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Israel al día
En Israel somos testigos de un fascismo creciente y un racismo similar al nazismo temprano

Por Zeev Sternhell*
Con frecuencia me pregunto cómo un historiador dentro 50 o 100 años interpretará la época que estamos viviendo. Él se preguntará ¿en qué momento la gente en Israel comenzó a darse cuenta de que el estado establecido en la Guerra de la Independencia, sobre las ruinas de la judeidad europea y a costa de la sangre de los combatientes, algunos de los cuales sobrevivieron al Holocausto, se habría convertido en una verdadera monstruosidad para sus habitantes no judíos? ¿Cuándo entendieron algunos israelíes que su crueldad y capacidad para intimidar a otros, palestinos o africanos, comenzaron a erosionar la legitimidad moral de su existencia como entidad soberana?

El historiador podrá decir que la respuesta estaba implícita en las acciones de miembros de la Knesset como Miki Zohar y Bezalel Smotrich y en los proyectos de ley propuestos por la Ministro de Justicia Ayelet Shaked. La ley del estado-nación, que parece que fue formulada por el peor de los ultranacionalistas de Europa, fue solo el comienzo. Dado que la izquierda no protestó contra ella durante las manifestaciones en la avenida Rothschild Boulevard, eso sirvió como primer clavo en el ataúd del antiguo Israel, aquel cuya Declaración de Independencia permanecerá como una obra maestra de museo. Esta reliquia arqueológica le enseñará a la gente lo que Israel podría haber sido si su sociedad no se hubiera desintegrado a causa de la devastación moral provocada por la ocupación y el apartheid en los territorios.
La izquierda ya no es capaz de superar el ultranacionalismo tóxico que ha evolucionado aquí, el tipo cuya cepa europea casi aniquiló a la mayoría del pueblo judío. Las entrevistas publicadas en el diario Haaretz por su periodista Ravit Hecht a Smotrich y a Zohar (3 de diciembre de 2016 y 28 de octubre de 2017) deberían difundirse ampliamente en todos los medios de comunicación en Israel y en todo el mundo judío. En ambos notamos no solo un creciente fascismo israelí sino también un racismo similar al nazismo en sus etapas iniciales.

Como toda ideología, la teoría nazi de la raza se desarrolló con el correr de los años. Al principio, solo privó a los judíos de sus derechos civiles y humanos. Es posible que de no haberse producido la Segunda Guerra Mundial el “problema judío” hubiera terminado solo con la expulsión “voluntaria” de los judíos de las tierras del Reich. Después de todo, la mayoría de los judíos de Austria y Alemania llograron salvarse a tiempo. Es posible que este sea el futuro que enfrentarán los palestinos.

De hecho, Smotrich y Zohar no desean dañar físicamente a los palestinos, con la condición de que no se levanten contra sus amos judíos. Solo desean privarlos de sus derechos humanos básicos, como el autogobierno en su propio estado y libres de la opresión, o la igualdad de derechos en caso de que los territorios se anexen oficialmente a Israel. Para estos dos representantes de la mayoría de la Knesset, los palestinos están condenados a permanecer bajo ocupación para siempre. Es probable que el Comité Central del Likud también piense de esta manera. El razonamiento es simple: los árabes no son judíos, por lo cual no pueden exigir la propiedad de ninguna parte de la tierra que se le prometió al pueblo judío.

Según los conceptos de Smotrich, Zohar y Shaked, un judío de Brooklyn que nunca ha puesto un pie en este país es el legítimo propietario de esta tierra, mientras que un palestino cuya familia ha vivido aquí por generaciones es un extraño, que vive aquí solo gracias a los judíos. “Un palestino”, le dice Zohar a Hecht, “no tiene derecho a la autodeterminación nacional ya que no es dueño de la tierra en este país”. “Porque soy decente, lo quiero aquí como residente, ya que nació aquí y vive aquí. No le diré que se vaya. Lamento decir esto, pero tienen una gran desventaja: no nacieron como judíos”.
A partir de esto, es de suponer que incluso si todos ellos se convirtieran, se dejasen crecer las “peot” (rizos laterales) y estudiaran la Torá, ello no ayudaría. Esta es la situación que viven hoy en día los solicitantes de asilo sudaneses y eritreos y sus hijos, que son israelíes a todos los efectos y propósitos. Así es como fue con los nazis. Más tarde viene el apartheid, que podría aplicarse en determinadas circunstancias a los árabes que son ciudadanos de Israel. La mayoría de los israelíes no parecen preocupados.

*Zeev Sternhell fue director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea y es uno de los más reconocidos especialistas en el mundo en el tema del fascismo. Fue laureado con el Premio de Israel y es miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias.

Traducción: Dardo Esterovich


Febrero 2018 / Shevat / Adar 5778
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